Debido a las limitaciones del estándar de conexión USB 2.0 para la transferencia de datos, el creciente volumen de la masa digital que pasa de un aparato a otro tiende a colapsarse y ralentizar el proceso. Se originan demasiados atascos. El puerto USB 2.0 tiene capacidad para transmitir paquetes de información a una velocidad de 480 Megabits por segundo (Mbps), mientras que la nueva versión USB 3.0, apodada "superspeed", alcanzará 4.800 Mbps, es decir, diez veces más velocidad de transferencia que su antecesor.
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